lunes, 21 de abril de 2008



Grávida geometría de la madre:
senos como triángulos
vientre
circunferencia
piernas en espirales infinitos y altos
cual gaudí.
Y en medio,
la carnosa certeza del ombligo,
tripa que comunica el afuera
y adentro, donde un cuerpo
invasivo se aferra a otro cuerpo.
Se colora el abdomen de azulados
canales
el matiz de las venas que bombean
duplicado el volumen de la sangre.
Redondísima forma es la silueta
de la madre crecida y parturienta:
esculpida en el tiempo y la materia
en la dermis, el músculo y el nervio.
Del pecho fluye ya el calostro río
y el puente de la pelvis se levanta.
Pero el centro es la esfera -digo,
vientre-.
Su convexa armonía y su balance.
Vientre, cántaro y fuente:
esférica mansión labrada en carne.
(Fragmento de Pez, 2005).

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